El transporte de vehículos crece un 0,9% en 2019
Según los informes sectoriales de "Valoración de la Logística Marítimo-Portuaria", "Valoración de la logística del transporte ferroviario" y "Valoración de la logística de vehículos por carretera" de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, ANFAC, durante el pasado 2019, se transportaron más de 5,51 millones de vehículos por carretera, tren o mar, lo que significa una consolidación e incremento de un 0,9%.
El transporte por carretera con camión continúa la senda del crecimiento por su agilidad, comodidad y rapidez. Aunque sigue siendo el transporte marítimo de vehículos el que lidera el mercado, con casi un 45,3% en 2019, ha visto contraído su tráfico en un 1,6% al respecto del 2019, cediendo al transporte por carretera a través de tráiler. Pues estos últimos, a través de las modernas cabezas tractoras y las góndolas tienen capacidad para transportar un número importante de vehículos en cada trayecto de una manera cada vez más optimizada.
La necesidad de transporte del sector del automóvil, de los vehículos industriales en sus gamas de ligeros, pesados y semirremolques requieren cada vez un flujo de movilidad superior debido a la casuística cada vez más habitual del sector en la que un mismo vehículo pasa por distintos titulares varias veces.
En el caso del sector de los camiones, semirremolques y cabezas tractoras se hace cada vez más evidente. Pues mientras antes un mismo camión permanecía muchos años en la misma empresa, hoy en día no es así. Nos podemos encontrar con que una primera empresa estrene estrene cabeza tractora a través de un renting o producto financiero tipo leasing operativo, y que a los tres o cuatro años la entregue de nuevo a la marca. A esta cabeza tractora seminueva muchas veces, en función de su estado y kilometraje se le da una segunda vida con servicios integrales tales como mantenimiento y reparación, en este caso en un contrato de alquiler o renting a corto plazo. Finalmente, pasados entre 6 y 12 meses se termina transfiriendo ya en este caso como vehículo usado o de segunda mano. Todo este flujo conlleva una movilidad mucho más alta de los vehículos, lo que se traduce en mayores necesidades de transporte por carretera.