RENTABILIDAD Y COSTES EN EL TRANSPORTE
El paquete de las 20 medidas del Real Decreto Ley 157/2022 de 1 marzo tendrían que haber marcado un punto de inflexión a corto y largo plazo, pues la obligatoriedad de la revisión del precio del transporte por la variación del precio del gasóleo como consecuencia de la variación del precio del combustible entre el momento de la contratación y el de la efectiva realización del transporte, se hizo para evitar que la variación coyuntural de una partida esencial en la estructura de costes de las empresas transportistas pueda ser objeto de negociaciones no siempre compensadas.
El mismo Real Decreto menciona en su título número uno; “que la estructura empresarial del sector condiciona enormemente su capacidad de negociación con sus clientes, introduciendo en el mercado prácticas indeseables que tensan las relaciones en la cadena de actores intervinientes, lo que mina la eficiencia, la transparencia y la competencia justa, situación que es necesario corregir”.
La cifra más aproximada del número de camiones que hay en España, según el Mitma, es de 386.025 vehículos de transporte pesado y 148.746 ligeros. De la suma de estas dos cifras el 56,51% pertenecen a personas físicas sin asalariados, un 20,75% se reparte entre empresas y autónomos con entre 1 y 20 asalariados y un 0,43% es de empresas de 20 a 49 empleados.
Estos datos nos dan a entender, como ya muchos sabéis, que es un sector dividido donde las pequeñas empresas deben competir vorazmente y donde la falacia de la “competencia perfecta” ha beneficiado a otros.
Todo esto nos lleva a pensar que posiblemente la única herramienta de empoderamiento que tienen el colectivo de transportistas es la de recordar a las entidades y los actores de la cadena logística que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, pero es hasta que este eslabón falla cuando reparamos en la importancia que tiene para todos.
No hay que ser experto en el mundo de los negocios de transporte para tener una idea de lo que significa invertir en un camión. Tener una empresa de transporte significa mucho dinero invertido en recursos: vehículos costosos en fase inicial,
conductores calificados. Además, no solo significa tener camiones disponibles, sino asegurar de mantener la carga segura (con la temperatura adecuada y la mercancía íntegra) y las entregas y recogidas a tiempo, invirtiendo en logística y personal adecuado. Además, existe la dificultad añadida de que rentabilizar todos esos recursos invertidos toma mucho tiempo. ¿Las causas?
Cumplimiento de servicios cada vez más exigentes:
Hoy en día, la logística es fundamental para un cliente. El ejemplo vivo es Amazon y su sistema casi instantáneo de entregas a domicilio, o todas las aplicaciones de delivery de comida que basan su servicio en la calidad de la logística en la entrega de pedidos.
Vivimos en el mundo de la gratificación instantánea. En ello, las empresas de transporte ocupan un papel fundamental, y el servicio cada vez se vuelve más exigente. ¿Cómo poder cumplir con todas las exigencias que demanda el cliente de la era digital? Se requiere mucha estrategia en logística y disponer de toda la información posible desde el primer momento (cuánta mercancía hay que recoger, qué pesos y dimensiones, lugares completos de recorrido, teléfonos de contacto, etc.).
Necesidad de cuidados de conductores:
Los transportes de mercancía terrestre suelen tener problemas de manipulación en la carga y descarga de los camiones o en almacenes, o bien, problemas durante el recorrido para cuidar la mercancía de colisiones y roturas en producto. Incluso un simple frenazo fuerte, si va con toneladas de mercancía encima, puede dar lugar a desperfectos graves. Por ello, es necesario el control de los conductores, no solo en su forma de manejar, sino también en el control de sus horarios, para evitar sobrecargarlos de trabajo y que ocurra algún accidente. Esto significa inversión en tecnología capaz de monitorear y gestionar estos factores de riesgo.
Otros riesgos en el transporte de carga que pueden afectar al conductor están asociados a:
· Exposición a vibraciones del vehículo por mal estado de la carretera.
· Exposición a ruidos fuertes.
· Exposición a condiciones climáticas adversas.
· Fatiga por manipulación de cargas.
Retrasos por falta de logística previa:
Los camiones requieren mantenimiento constante, y no tener avisos previos o citas estipuladas para su mantenimiento, nos enfrentamos a averías del vehículo en momentos inesperados. La falta de logística previa también puede dar pie a un tráfico difícil oa una ruta equivocada que atrase la entrega de mercancía.
Asaltos:
Sin un buen sistema de protección anti-robos en la flota, es fácil ser víctima de un asalto en ruta. Esto no sólo ocurre a los conductores novatos, ya que día a día los ladrones se las ingenian para buscar nuevas formas de apropiarse de la carga e incluso del vehículo. Esto es sin duda un gran problema en la rentabilidad de la empresa, pues suele considerar que lo asaltos son mermas inevitables. No obstante, un sistema de bloqueo o un botón de pánico podrían solucionar este problema.
Pérdidas de combustible:
Atochamientos de tráfico, rutas en mal estado o que simplemente no son la mejor vía para llegar a destino. Estas son pérdidas importantes en un recurso sumamente caro para las empresas de transporte: el combustible. Por esto, es recomendable programar las vías por las que se hará el trayecto de entrega, para así optimizar el trabajo y la utilización de combustible. Además, teniendo un control absoluto de la ruta se puede evitar robos de combustible, tanto por agentes externos como por el mismo personal interno. Existen formas de monitoreo de ruta, o incluso maneras de modificar la ruta en tiempo real, según las necesidades que se vayan presentando en el camino.
Como se ve, el rubro del transporte de carga y la logística tiene múltiples riesgos y negligencias, los que debieran tomarse como desafíos posibles de superar. Ya lo anunciaba el seminario “El Futuro del Transporte de Carga 2018-2022”, donde se discutió sobre los principales problemas de la industria y algunas soluciones, las cuales incluían la incorporación de la tecnología como salida a las más comunes negligencias del área de transporte de carga. Muchas de estas complejidades no suelen tomarse en consideración y la empresa asume como merma inevitable o como parte de un proceso que incluye pérdidas importantes. Sin embargo, lo cierto es que es más que posible reducir costos y maximizar ganancias en el rubro de transporte.Lo primero, no obstante, será darle importancia a las analíticas clave para rentabilizar la empresa.